Sola pasa la noche. Pasa leve y pasa sola. De vez en cuando voltea; soñando despierta adora. Te pide voltear a la luna que con su silencio mata. Callada es su dulzura que de tus labios arrebata. Nos mira silente ella y su mirada nos llena de temblores y placer. Nos deja inquietos sedientos, queriendo más de su ser. Es sola la noche, tan sola que mendiga compañía. La siento triste, lejana, pensativa, muda, fría. Necesita de mis brazos, de mi calor y mi aliento y piden bellos sus ojazos un amor que va en aumento. La luna la mira lejos. Siente morir el corazón. Apagado, gris y viejo, muriendo en contemplación. Ahí va en marcha la noche negra Yéndose como llegó. Va velando su pena, La pena de ese gran amor. De poco se va marchando, de poco deja su rastro. De poco va volteando y observa llegar al astro. Se va de nueva la sola, melancólica y vacía. Nos deja llenos de luz para vivir plenos otro día...