Y ya que estamos por acá.
Ps resulta que hace unos días llegué a los 45 añotes. Una edad donde ya se me ve la ídem y que a pesar que no me pesa, porque me siento viejito desde los 22, sí se siente la edad en mis hombros. Es un peso que me sabe más a responsabilidad que peso como tal. No me molesta cargarlo porque muchas decisiones, ya saben, las buenas y malas me han llevado hasta acá. Me queda mucho la contemplación de lo pasado para poder analizarlo esperando perdonarme por los errores que me fregaron los tobillos y que no me dejaron o me dejé continuar adecuadamente para haber llegado tal vez, a un mejor lugar de donde estoy ahora. Ahora sólo me queda escribir cuando lo recuerdo, perderme un rato en la contemplación de mi yo interno e intentar mejorar lo que pueda mejorar. Siempre debe quedar espacio para que la introspección haga su labor y darme mis cocos cuando sea necesario. Siempre ha sido duro, siempre ha sido difícil pero el resultado ayudado por la honestidad siempre ayuda un tanto a quitar lo muer